domingo, 10 de enero de 2010

La Garganta del Diablo



Fatigado por la ardua tarea de esparcir maldades, Añá detuvo su trajinar de milenios en la desembocadura del río Iguazú. La siesta americana calcinaba duendes remolones cuando el diablo recostó su osamenta ígnea sobre el cauce del Aguas Grandes.
El río, con maternal gesto, extendió una húmeda sábana sobre aquel cuerpo envuelto en llamas y Añá, ingratamente desaprensivo, cayó en la autotentación de beberse toda el agua cristalina: Abrió su bocaza volcánica y el Iguazú, violentamente defraudado, despeñó en ella su furia líquida. Desde las fauces del mismo infierno, telúricos rugidos sísmicos sacudieron la tierra anunciando que el agua vencía al fuego una vez más.

Repentinamente endurecido, como lava bruscamente enfriada, el cuerpo de Añá quedó aprisionado para siempre entre los barrancos y desde la Garganta del Diablo, en un sostenido Yriapú disfónico, el río retornaba como espuma y niebla.

Es por esto que los Mbya-Guaraníes reconocieron en esta parte del mundo el Yvymaraey , “La Tierra Sin Mal” que buscaban en su peregrinar planetario.



GLOSARIO

Yriapú: Rugido del agua

Añá : Deidad que representa el mal entre los Guaraníes.

Iguazú: Trad. del guar. : “Aguas Grandes”.

Garganta del Diablo: Nombre de la principal caída de aguas de las Cataratas del Iguazú.

Yvymaraey: Del guar. Yvy: Tierra; mara: mal, mancha; ey: sin : “ La tierra sin mal”.

Mbya: “La Gente”, etnia Guaraní que habita el actual territorio de Misiones.