martes, 16 de febrero de 2010

El Señor de Chacos

Los pobladores sanrafaelinos, manifiestan el amor a la tierra, el respeto a la tradición y el temor a lo desconocido. Entre las principales leyendas tenemos: Chacos es un pueblo ubicado en la margen derecha del río Huariaca específicamente en la parte central de un majestuoso cerro, del cual cuida como un centinela receloso a la capital del distrito de San Rafael, en la jurisdicción de la provincia de Ambo y región Huánuco. En dicho pueblo se tiene como “patrón” a una imagen de “CRISTO CRUCIFICADO”, quien toma el nombre desde su aparición, como: “EL SEÑOR DE CHACOS”. Cuentan los mismos pobladores veteranos de esa localidad: En tiempos atrás era usual que los niños chacosinos
acosinos pastearan sus ganados en las quebradas de Tacta, en donde dos pastorcitos al momento que se disponían ha servirse sus fiambres, escucharon el sonido de golpes de hacha procedentes de las inmediaciones de los árboles. El mayor de ellos curioso optó en averiguar quién trabajaba a esas horas, en la que vio a un anciano tallando estéticamente una cruz de toscos maderos. Al contemplar tal hecho, corre impresionado en su compañero a quien narra de los observado; determinando luego ambos ir a ver nuevamente, en donde ya estando cerca fueron guipados por el anciano, quien resulta ser afable con ellos. Los niños tomándole confianza lo formularon numerosas interrogantes.


- ¿Cómo te llamas?, ¿de qué lugar eres?, ¿por qué haces esa cruz?, ¿adónde lo llevarás?

El anciano respondió únicamente:

- Soy carpintero desde pequeño y esta cruz la construyo para mí.

Los pastorcitos muy detenidos se dan cuenta de la palidez de su rostro, estremecidos de suplicio deciden ofrecerle sus fiambres; pero el anciano nuevamente retribuyó diciendo:

- ¡Mañana cuando vuelvan, quiero que me traigan sus hermosas flores! Luego de la mención continuó con su faena dando forma a la cruz.

Los niños al llegar a su casa informaron a sus padres de lo sucedido, pero estos lo tomaron en forma trivial. Al día siguiente los pastorcitos con el encargo encomendado llegaron al lugar, en la que vieron al anciano crucificado y disecado, sorprendidos del hecho insólito se dirigen desesperadamente en sus padres quienes con incredulidad obedecen y encuentran a un Cristo Crucificado. Desde ese instante lo llamaron: “Señor de Chacos”. La comunidad chacosina trató de establecerlo en el pueblo, la que fue inútil porque cuántas veces lo llevaron aparecía después en el lugar hallado. Dicho acontecimiento se difundía por todos los lugares: San Rafael (Huánuco), Huariaca y Pallanchacra (Pasco). Este último sus pobladores, con una actitud caprichosa de que la imagen les perteneciera trataron de llevárselo, la cual fue impedido por el poder milagroso del Señor de Chacos; pues al intentar trasladarlo centenares de pallanchacrinos, se les hizo más pesada en el transcurso del camino hasta no poder cargarlo, pero no era eso, sino la presión imparable de los fenómenos meteorológicos, la que no llegó a mojar a los chacosinos que se encontraban a lado de su “patrón”, logrando así espantar a los intrusos.

En otra ocasión con similitud al interior. Los sanrafaelinos construyeron una capilla en la misma ciudad para venerar al “milagroso santo”, para esto tendrían que transportarlo; al tratar de realizar esto con gran número de personas y en procesión, ocurrió en forma súbita un intenso movimiento de tierra y una desastrosa lluvia torrencial, que permitió la huida impetuosa de los concurrentes a la ciudad. Luego de un instante quisieron retornar pero fueron impedidos nuevamente por la “tierra arcillosa” que no accedió al avance; a consecuencia de eso, uno de ellos propuso que sería mejor retornarlo a su lugar respectivo. Al realizar dicha petición cesó todos los obstáculos y mejoró el clima.

Lógicamente todas las personas suponieron que el Cristo Crucificado escogió como su hogar al pueblo de Chacos, donde efectivamente después fue llevado por un “maestro de capilla” dentro del júbilo de fe ofrecida por los pobladores, efectuando luego una misa en su honor, asimismo, sucedió algo extraño en el clima (una intensa lluvia y calor), según la creencia de los comuneros de ese pueblo, esto significa: el “Cristo momentáneamente lloró por alejarse del lugar encontrado, como también, sonrió por ubicarse en el pueblo de Chacos”. Del mismo modo, manifiestan: que tuvieron la oportunidad de cortar su cabello y sus uñas del Señor de Chacos, que crecía un tiempo. Por ello, el “3 de Mayo” de cada año se celebra fiestas en su homenaje, con duración de seis días consecutivos, teniendo como asistentes a millones de fieles de distintos lugares del Perú e Internacional con el mismo deseo de venerarlo.