Este animal mitológico posee la facultad de reproducirse solo y vive en una gran manada en las zonas más inhóspitas de cerros y montañas. Por esta facultad es también considerado como una deidad de la fecundidad.
Para salvarse de esos monstruos hay que subirse a un pindó (palma), árbol sagrado. De ese modo Ao Ao queda desorientado, pierde el rastro y abandona la persecución. Si, en la desesperación por escapar, la víctima se sube a cualquier otro árbol, este será arrancado por el Ao Ao para atrapar a su presa.