domingo, 24 de enero de 2010

la calandria 2º


"Canta como una calandria" suele decirse para elogiar las dotes musicales de una persona. Esta comparación pone de relieve uno de los rasgos más característicos de esta típica ave argentina: la calidad de su canto.


La calandria común es un pájaro típico de gran parte del territorio argentino, ya que puede hallárselo en la Mesopotamia, en la dilatada llanura chaco pampeana y en las provincias del oeste del país, exceptuando la franja próxima a la cordillera de los Andes.La actividad se desarrolla durante el día, en las horas nocturnas, la actividad de las calandrias mengua y buscan albergue para dormir en árboles y arbustos de follaje espeso, agrupándose en parejas y a veces en grupos familiares.

La calandria común es un ave sociable que acostumbra vivir en pareja o en grupos familiares. La calandria es un ave bastante terrícola: frecuentemente se posa en el suelo, por donde "camina con la cola levantada". Los vuelos de estos pájaros son bajos, recorriendo cortas distancias; en general pasan de un árbol a otro mientras describen suaves curvas.
En determinadas épocas del año es posible escuchar el armonioso trinar de la calandria, una de cuyas características es la capacidad de "imitar el canto de otras aves".
Aunque las hembras cantan, los machos son mejores cantores. El canto se efectúa normalmente de día, ya que en general ésta es una especie de hábitos diurnos. Algunas veces puede oírse de noche el canto de las calandrias. Tras el crepúsculo buscan refugio en los densos follajes de los árboles.

AMIGOS…LEYENDO LAS CARACTERÍSTICAS DE LA CALANDRIA NACIÓ HACE UNOS AÑOS YA, ESTA LEYENDA QUE LES BRINDARÉ EN EL DÍA DE HOY...ESPERO QUE LES GUSTE!

LEYENDA: EL CANTO DE LA CALANDRIA

Esta historia ocurrió en un hermoso bosque llamado;”El bosque de Dios,”era el único rincón de la tierra donde aun existía la vida, después del desastre que le ocasiono al mundo, el mal que en el alma llevan algunos hombres, desde el principio de los tiempos.
Este era un lugar paradisíaco, rodeado de bellas flores, majestuosas montañas, inmensas llanuras y praderas árboles de gran copa y altura, con aguas de las sierras caridad y del manantial bondad que alimentaban al río de la fe, este se hermanaba con el mar de la esperanza y a su vez, con el océano del amor.
En el, habitaban toda clase de pájaros de aves, algunas otras especies de animales y también seres humanos, que se habían refugiado de dicho desastre, logrando sobrevivir de la maldad de muchos, que al resto del planeta habían destruido.
El Ser Supremo, hizo este milagro del bosque porque era una prueba para sus habitantes, él les había prometido un lugar divino y sagrado, donde reina todo lo bueno y en donde vivirían para siempre, pero tenían que saber esperar el tiempo necesario hasta llegar a ese bendito día, sin ningún vestigio del mal.
El Divino les había advertido que mientras esperaban el día prometido, no tenia que haber ningún acto de maldad entre sus habitantes, fuere de la especie que fuere, porque si esto ocurría se despertaría desde el fondo de la tierra, la mas feroz y despiadada de todas las bestias que existen; el Diablo, que por cierto dormía hacia siglos en su peor pesadilla que era, volver a estar encerrado en su cueva.
¡Ni imaginarlo otra ves suelto! dijo Dios, y que volviera
hacer tanto daño al hombre y al mundo, no hay que permitirlo, replico el Señor.
Todos eran muy concientes de dicha advertencia y eligieron por el bien de ellos vivir en paz y en perfecta armonía, y así eran felices.
Hasta que llego el día en que, en la familia de los pájaros ocurría un hecho muy triste y lamentable, con el que se corría el riesgo del cual el Señor les había advertido.

Cuenta la leyenda; que entre los pájaros y aves del bosque de Dios, se encontraba la paloma del Espíritu Santo, ella observaba a todas las criaturas del bosque, como se ayudaban mutuamente en todo lo que necesitaban, salvo alguna que otra ave medio haragana, que buscaba algún pretexto para no hacer nada, pero como eran tantas las variedades de aves de pájaros y la cantidad, una minoría no podía afectar a nadie y menos hacerle mal a otro.
Entre esas aves haraganas se encontraba la calandria, que no le gustaba mucho ayudar a las demás aves, lo hacia muy de vez en cuando como para disimular su fea actitud ante las demás especies, pero a ella le gustaba que la ayuden, lo que si hacia siempre, era ponerse a cantar en medio de todos y luego decía con un dejo de soberbia… ¿No les parece que mi canto es el mejor de todos? ¡yo tengo muchos matices en mi trino! Es muy completo, ¿Será por eso que la mayoría de las humanas que cantan, eligen mi nombre para ponerse de apodo? Y las demás aves le respondían; si, tu canto es muy lindo pero no sabemos decirte porque se ponen tu nombre, eso solamente lo sabrá Dios que te creo, y así, se quedaba conforme y se marchaba muy oronda.

Hasta ese instante no había logrado molestar a nadie, pero esto lo repetía sin cesar, día tras día, una y otra ves, hasta que llego un momento, en que las aves y pájaros que alegres cantaban se pusieron tan tristes y tan deprimidas que dejaron de cantar, por la tenaz insistencia de la calandria, la cual estaba muy contenta que se escuchara solamente su canto, los demás llegaron a pensar, que sus trinos no valían la pena, que podrían llegar a molestar a las demás criaturas del bosque, habían perdido su alegría.

Pero había un ave, que con toda la tristeza de ver a sus amigos abatidos de dolor, y pensando en sus pichones con el temor que se despertara Mandinga, por la actitud de la calandria para con sus colegas, seguía cantando, con el afán de animarlos a todos, para que canten de nuevo, y no llegara afectarlos el mal, era la alondra, que se había dado cuenta de lo que le pasaba a la calandria, y ahí nomás se animo a cantar el zorzal, que pensó que su nombre se lo habían puesto a un humano que cantaba, que era Gardel, y así de a poco se fueron animando todos a cantar, y les volvió la alegría, luego pararon un rato para descansar, entonces la alondra les explico, que la calandria tenia celos y envidia porque no estaba conforme con su canto y es por eso que imita el canto de todas las aves del bosque, y no parece ser dueña de un canto propio, y se hace ver como que esta orgullosa de su trino por que es el mejor, lo dice para que todos dejemos de cantar, porque quiere ser ella sola, pero esta muy lejos de sentir orgullo, lo que ella siente es una profunda tristeza, que se convirtió en odio, se siente inferior a todos nosotros ¿Lo Entienden?

Todos se dieron cuenta que la alondra estaba en lo cierto, y a pesar de lo ocurrido, sintieron una gran pena y lastima por la infeliz calandria, entonces el zorzal y la alondra dijeron… Bueno basta de tristezas y vamos a festejar, que todos seguiremos cantando como siempre, y aquí no ha pasado nada, entonces comprendieron que el canto de todos ellos tenia valor también, y comenzaron a cantar muy contentos y a volar de rama en rama y de árbol en árbol, pero la calandria estaba muy bien escondida escuchando, al ver que la alondra la había puesto en evidencia ante todas las demás aves y pájaros del bosque, y al no lograr su cometido, el que todas las aves dejaran de cantar, siega de ira, de furia y de odio por la alondra, no pensó ni si quiera en ella misma y se dirigió a la cueva de Mandinga, que llaman la Salamanca, en la cual entro rápidamente olvidando la advertencia de Dios, porque su ego en ese momento era mas importante.

Mandinga seguía dormido, ya que el daño que había intentado la calandria para con las demás aves del bosque había quedado sin efecto, entonces se puso a cantar para despertarlo, como su canto emanaba tanto odio y era tanta la maldad que había en su corazón de pájaro, que logro despertar a Mandinga, y este le dijo mirándola fijo a los ojos... Por haberme despertado de mi peor pesadilla tres deseos te concederé, pídeme lo que quieras que por ti lo haré! Entonces la calandria colmada de alegría le responde, yo quiero la ruina de una lejana pariente mía incluyendo a su cría, ¿Y quién es tu pariente? Le pregunto la bestia, la alondra, ella le respondió ¿ Y que más quieres? Quiero que hagas llover en este momento, con todas las fuerzas de los cielos, porque están festejando muy contentos, ¿Y que más? Quiero que mi trino sea uno solo y así tener un canto propio y que sea el mas bonito de todas las aves del bosque, ya no quiero tener que imitar mas a ninguna de ellas, llorando le explico, y la bestia respondió, vete tranquila a refugiarte de la gran tormenta que se avecina y veras con tus propios ojos de mi gran fuerza asesina, luego saldrá el sol y tendrás un canto que no imaginas!

Se fue volando rápidamente a buscar un refugio que le permitiera ver si Mandinga le cumplía sus deseos, al hallarlo vio que las aves seguían de festejo, y en menos de un segundo se puso muy oscuro y se partió el cielo de un rayo, y luego se largo a llover furiosamente, las aves que estaban festejando, empezaron a volar desesperadas hacia sus nidos, a refugiarse y amparar a sus crías, la alondra tenia dos pichones, y llego a tiempo para cubrirlos con su cuerpo prendida al ras de la tierra entre las malezas. Mientras la malvada y cruel calandria observaba, vio a Mandinga transformado en una culebra bastarda, arrastrándose muy lentamente para no ser advertido por las que iban a ser su presa, se dirigía hacia la alondra y su cría para devorarlas, pero la paloma del Espíritu Santo había sido testigo oculto, del malvado proceder de la infeliz calandria y de la maldita bestia, entonces puso a Dios en conocimiento de lo ocurrido, cuando faltaba poco para que Mandinga devorara a la alondra y a su cría, que no se había dado cuenta de tal presencia al estar de espaldas hacia la culebra, comenzó a ladrar una perra que apareció en el lugar advirtiendo al ave del peligro que corrían, cuando la alondra giro su cuerpo para el lado de donde venían los ladridos y vio semejante culebra, elevo su cara al cielo con sus ojos llenos de desesperación y de lágrimas y comenzó a cantar, porque su canto era un ruego, una plegaria al Divino Creador, ella le pedía por la vida de su cría y con sus alitas tapaba como podía a sus pichones, para protegerlos y para que no conocieran la cara de la muerte que se les acercaba cada ves mas, y seguía cantando sin darse por vencida, resistiendo sin perder la fe de ser escuchada por Dios, de repente las sombras que cubrían el cielo se disiparon y así de golpe dejo de llover, y ahí la bestia se dio cuenta que en algo estaba fallando su macabro plan, entonces se lanza a toda velocidad hacia sus presas para lograr su cometido, cuando aparece en la triste escena el águila que Dios invoco, y con sus garras afiladas atrapa a la culebra y la lleva colgada en su vuelo hasta tirarla adentro de su cueva, salvándole la vida a la alondra y a su cría, que canto toda su vida dando gracias al Creador.

Al ver todo esto la calandria, sabia lo que le esperaba, ella era la culpable de haber despertado a la bestia y de no haber hecho caso al Ser Supremo, entonces se aisló se escondió del rostro del Señor.

Lo peor era que Mandinga seguía despierto, y solo un acto de mucha bondad, de parte de todas las criaturas del bosque de Dios, lo podía vencer hasta dormirlo para siempre.

El acto de bondad era perdonarle la vida a la calandria, porque Dios podía desterrarla de su bosque hacia la nada, entonces para vencer el mal para siempre, deciden darle el perdón, pero con la condición que Dios le impuso diciéndole… La vida se te perdonara, con este acto de amor hacia el prójimo, que han tenido para contigo, todas las criaturas que habitan este lugar dándote el perdón, y por eso benditas serán y ganaran el cielo, cosa que a ti te costara, mas tu canto, nunca servirá para despertar a la bestia que ha de dormir para siempre, y tu, como te has castigado sola queriendo hacer el mal a tus semejantes, y por estar desconforme del canto que te di, te has de quedar con tu mas terrible dolor… Hoy te digo, que por toda la eternidad de los tiempos, seguirás imitando el canto de todas las aves y pájaros de la tierra.

Moraleja

No has de hacer el mal a nadie, aunque te lo hagan a ti, no dañes ni al que creas tu peor enemigo, aunque lo sea, y mucho menos al que nunca te ha hecho nada.

Defiéndete en buena ley si es necesario, y a los que amas, y no olvides que al primero que dañas cuando haces el mal a otro, es a ti mismo.

Y recuerda que perdonar, es tan divino como Dios mismo.




MÓNICA LILIANA AICARDI
 
autora de este blog
miembro destacado de http://www.raicesargentinas.ning.com/