domingo, 10 de enero de 2010

la salamanca santiagueña



Pocos deben ser los vecinos de los distintos parajes de Santiago del Estero, que no narran sobre la existencia de la Salamanca.. ..empiezan a largarse en las noches de invierno cuando el frío y el fogón invitan a contar cuentos de espantos. La Salamanca es entendida como la universidad del conocimiento y la habilidad, regenteada por el diablo, quien a cambio de la vida de seres queridos les otorga poderes a los aspirantes que con sus embrujos se destacan en su comunidad hasta el cobro de esa deuda, con su propia muerte, pues entregan también su alma al diablo. Son pactos con el demonio, siempre se entrega una vida a cambio de los poderes que este les confiere, y finalmente se lleva al pactante. La creencia popular ha avanzado tanto que hasta hay criollos que aseguran haber ingresado en la sede misma del diablo...
Tratase de un agujero (hoyo) en el suelo ubicado en medio del espeso monte o en las barrancas de los ríos, donde se reúnen los adeptos llamados "los estudiantes" a recibir las clases del demonio.



Afirman que en el interior de este recinto hay grandes espacios (como un estar gigante) donde los asientos son bordos de tierra y serpientes enroscadas, y la ornamentación diabólica con serpientes y alimañas que deambulan entre el estudiantado trepándose sobre sus cuerpos desnudos, probando coraje. Como es parte de la demonología, lógicamente se adora al demonio y se rechaza a los dioses.



El desprecio comienza en la puerta misma de la Salamanca , donde se presenta un efigie religiosa y a esta para ingresar debe el aspirante degradarla escupiéndola en la cara... y recién puede hacerlo... En ese estar se producen los embrujos que buscan los concurrentes: manejo de instrumentos musicales, poderes malignos y enamoradizos, habilidades para el baile, doma, la payada y todo lo relacionado con las costumbres y actividades del lugar.... Los narrantes, invariablemente afirman que en las noches de invierno, de la entraña misma del monte se oyen los acordes y melodías de innumerables instrumentos, y que al amanecer los vecinos chequean de donde salieron? si nadie estuvo de fiesta.... SON ALUMNOS DE LA SALMANCA.







Sixto Palavecino narró como experiencia propia por ante los alumnos, estudiosos y participantes de un congreso donde fue invitado en la Universidad de Belgrano Buenos Aires. Cuando se refirió a los agravios a la efigie religiosa, un alumno le interrumpió para preguntarle si él era o no religioso. Sixto respondió que sí, y el alumno replicó, y como pudo agraviar a su Dios?

Sixto contestó no lo agravié, entré por la puerta de atrás.