domingo, 10 de enero de 2010

la tanta micha



Hace mucho, muchísimos años, existía en nuestra provincia una tribu al mando de un cacique. Este era valiente y generoso, mas su esposa era egoísta y mala. Cierto día en que la india se encontraba trabajando frente a un horno se presento una anciana. La desconocida pidió a la orgullosa esposa del cacique, un pedazo de pan.
Esta, furiosa, le dijo:

_ Ve a trabajar. Aquí tienes la batea donde yo he amasado. prueba de sacar la masa adherida y si consigues formar un pan, es tuyo.
Con paciencia fue sacando la desvalida mujer, la masa adherida. Pero ¡oh, milagro!, cuanto mas raspaba, mas panes iba apilando. Se disponía a marchar, cuando un grito hizo detener a la anciana. muy cerca la esposa del cacique sacaba apresuradamente los panes del horno convertidos en carbón. Indignada se acerco a la anciana y arrebatándole los panes, los panes le dijo:

_ Márchate de aquí, estos panes no te pertenecen. Mía es la batea, la masa, todo.
La pobre mujer se retiro cabizbaja, pero antes de partir, pronuncio estas palabras:

_ Por haber mezquinado tu pan a un hermano, pasaras el resto de tus días arrastrándote
La esposa del cacique trato de implorar, pero todo fue en vano. Su cuerpo adquirio la forma de una víbora con anillos rojos blancos y negros como las guardas de su poncho. convertida así en tanta micha, comenzó a reptar por el suelo hasta perderse en la espesura.