jueves, 7 de enero de 2010

El Urutaú



Había una vez...
una joven tan amiga de divertirse, que todo lo olvidaba por una hora de entretenimiento.

Un día, mientras bailaba en una gran fiesta de la comarca, le avisaron que su madre estaba muy enferma y pedía por élla.

La muchacha se sobresaltó con la noticia pero, como estaba acostumbrada a no privarse de diversión alguna, el gusto pudo más que su deber de hija y se quedó hasta el final de la fiesta.

Cuando volvió a casa, su madre había muerto. Entonces la joven lloró a todas horas, sin consuelo y la Providencia castigó su culpa convirtiéndola en un ave de aspecto raro y siniestro: el urutaú (o Cakuy) que huye de toda presencia y vaga solitaria. en la oscuridad de la noche y en el silencio de la selva, llora y llorará siempre con su grito extraño y lastimero.