jueves, 7 de enero de 2010

la leyenda del mojon


Llovía torrencialmente


Y en la estancia del mojón,

Como adorando el fogón

Estaba toda la gente.

Dijo un viejo de repente:

“Les voy a contar un cuento”,

Aura que el agua y el viento

Train a la memoria mía

Cosas que naides sabía

Y que yo diré al momento.



Tal vez tenga que luchar

Con mas de un inconveniente

Pa` que resista la mente

El cuento sin lagrimear,

Pero Dios que supo dar

Pacencia a mi corazón

Tal vez venga esta ocasión

A alumbrar con su reflejo

El alma de gaucho viejo

Que ya lo espera el cajón.



No se asusten si mi cuento

Les recuerda en este día

Algo que ya no podía

Ocultar mi sentimiento.

Vuelquen todos un momento

La memoria en el pasao

Que allí verán retratao

Con tuitos sus pormenores

Una tragedia de amores

Que el silencio ha sepultao.



Hay cosas que yo no puedo

Detallar como es debido,

Unas, porque se han perdido,

Y otras porque tengo miedo;

Pero ya que en el enriedo

Los metí, pido atención,

Que si la imaginación

Me ayuda en este momento

Conocerá por mi cuento

“La leyenda del mojón”.



Alcancenmén un amargo

Pa` que suavice mi pecho

Que voy a dentrar derecho

Al asunto porque es largo:

Haré juerza sin embargo

Pa` llegar hasta el final

Y, si atiende cada cual

Con espíritu sereno,

Verán como un hombre güeno

Llego a hacerse criminal.



Setenta años, quien diría

Que vivo aquí en estos pagos

Sin conocer más halagos

Que la gran tristeza mía;

Setenta años no es un día

Pueden tenerlo por cierto,

Pues si mis dichas han muerto

Aura tengo la virtud

De ser pa` esta juventud

Lo mesmo que un libro abierto.



Iban a golpear las manos

Por lo que el viejo decía

Pero una lágrima fría

Los detuvo a los paisanos;

Hay sentimientos humanos

Dijo el viejo conmovido

Que los años con su ruido

No borran de la memoria

Y este cuento es una historia

Que pa` mi no tiene olvido.



Allá en mis años de mozo,

Y perdonen la distancia,

Sucedió que en esta estancia

Hubo un crimen misterioso.

En un alazán precioso

Llegó aquí un desconocido,

Mozo lindo, muy cumplido,

Que al hablar con el patrón

Quedó en la estancia de pión

Siendo dispué muy querido.



Al poco tiempo nomás

El amor lo picotió

Y el mocito se casó

Con la hija `el capatáz;

Todo marchaba al compáz

De la dicha y el amor

Y pa` grandeza mayor

Dios les mandó un cariño,

Un blanco y hermoso niño

Más bonito que una flor.



Iban pasando los años

Muy felices en su choza,

Ella alegre y güena moza,

El, juerte y sin desengaños,

Pero, misterios extraños

Llegaron… y la traición

Deshizo del macetón

Sus más queridos anhelos

Y el fantasma de los celos

Se clavó en su corazón.



Aguantó el hombre callao

Hasta dar con la evidencia

Y un día fingió una ausencia

Que jamás habías pensao.

Dijo que tenía un ganao

Que llevar pa` la tablada

Que era una güena bolada

Pa` ganarse unos pesos

Y76 así entre risas y besos

Se despidió de su amada.



A la una e` la mañana

Del otro día justamente

Llegó el hombre redepente

Convertido en fiera humana;

De un golpe echó la ventana

Contra el suelo en mil pedazos

Y avanzando a grandes pasos,

Ciego de rabia y dolor,

Vido que su único amor

Descansaba en otros brazos.



Como un sordo movimiento

Enseguida se sintió,

Después un cuerpo calló

Y otro cuerpo en el momento,

Ni un quejido, ni un lamento,

Salió de la habitación,

Y pa` concluir su misión

Cuando los vio difuntos

Los enterró a los dos juntos

Donde hoy está ese mojón.



En la estancia se sabía

Que la ingrata lo engañaba

Pero a él naide le contaba

La disgracia en que vivía;

Por eso la polecía

No hizo caso mayormente,

Pues dijeron: la inocente

Se jué con su gavilán…

Y en cambio los dos están

Descansando eternamente.



--¡Ahijuna!—gritó un paisano—

Si es así lo que habla el viejo,

¡Ese era un macho, canejo!

¡Yo le besaría la mano!...

--Yo soy—le gritó el anciano--,

¡Venga m`hijo besemé!...

Yo juí m`hijo el que maté

A tu madre desgraciada

Porque en la cama abrazada

Con otro hombre la encontré.



--Hizo bien, tata querido—

Gritó el hijo, sin encono—

Venga viejo, lo perdono

Por lo tanto que ha sufrido:

Pero áura tata , le pido,

Que no la maldiga más

Que si jue mala y audaz

Por mi, perdonelá padre

Que una madre siempre es madre

¡Déjela que duerma en paz!...



Los dos hombres se abrazaron

Como nunca lo habían hecho,

Juntando pecho con pecho

Como dos niños lloraron,

Padre he hijo se besaron,

Pero con tal sentimiento,

Que el humano pensamiento

No puede pintar ahora

La escena conmovedora

De aquel trágico momento.



Los ojos de aquella gente

Con el llanto se inundaron

Y todos mudos quedaron

Bajo un silencio imponente.

Volvió a decir nuevamente,

Allí están en el mojón

Y poniendo el corazón

El anciano en lo que dijo,

Le pidió perdón al hijo

Y el hijo le dio perdón.